LA VIRGEN Y EL CIEGO
Camina la Virgen Pura
de Egipto para Belén;
y en el medio del camino
pidió el niño de beber.
- No pidas agua, mi rula;
no pidas agua, mi bien
que los ríos vienen turbios
y los arroyos también,
y las fuentes se secaron
y ya no pueden correr.
Más arriba, en aquel alto,
hay un dulce naranjal
cargadito de naranjas,
que otras no puede tener.
El viejo que las guardaba
es un ciego que no ve.
- Deme, ciego, una naranja
para el niño entretener.
- Entre usted, señora y coja
las que hubiere menester.
La Virgen, como era Virgen,
no cogió mas que tres;
el niño, como era niño,
no cesaba de coger.
Por una que coge el niño,
cien vuelven a florecer.
Camina la Virgen pura
y el ciego comienza a ver.
¿Quién sería esa Señora
que me hizo tanto bien,
que me dio luz a los ojos
y en el corazón también?
Era la Virgen María
que va de Egipto a Belén.
MEU CARAMEL, MIÑA XOIA
Meu caramel, miña xoia,
qué dormido estás nas pallas,
traioche noces e mel,
¡Esperta meu caramel!
Porque quero darche un bico,
quero que me escoites ben.
Estes versos en galego,
que che dedico, meu ceo,
que che regalo, meu Rei.
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